La Embajada de Israel replica
El diario Noticias recibió el 27 de junio último una extensa carta del señor Mario H. Sejatovich a cargo de la oficina de prensa de la embajada de Israel, que se reproduce a continuación. El propósito de la dirección del diario fue publicarla íntegra y a la mayor brevedad posible. Lamentablemente cuando iba a cumplirse ese propósito, se produjo la muerte del Teniente General Perón y Noticias –como integrante del pueblo peronista- sumó su duelo al de sus lectores consagrando varias de sus ediciones a informar sobre la vida, la obra y la muerte del gran patriota desaparecido.
Ahora cumplimos ese pedido, formulando tres aclaraciones: 1º) la dirección del diario efectivamente respalda las opiniones vertidas por Rodolfo J. Walsh en su serie de notas sobre La Revolución Palestina aparecidas en Noticias en la semana del 12 al 19 de junio último. Cabe recordar al respecto que Walsh viajó a los países árabes como enviado especial de este matutino; 2º) Walsh utilizará próximamente esta misma columna para contestar a la embajada de Israel; 3º) La descripción objetiva de la injusticia histórica que ha venido soportando el pueblo palestino sólo con malicia puede interpretarse como una actitud antisemita o persecutoria de la comunidad judía de nuestro país.
Este es el texto de la embajada de Israel:
“Señor Director:Cumplo en dirigirme a usted con relación a la serie de artículos titulada “La Revolución Palestina” publicada en Noticias cuya representación invoca su autor en reiteradas oportunidades. Como de ello surge que el diario aparece respaldando las afirmaciones del señor Walsh entre las cuales s encuentran flagrantes inexactitudes y deformaciones de los hechos históricos, esta Embajada apela al derecho de respuesta, confiando que dará cabida al texto completo de esta carta en las columnas de su diario. Ella no intentará ser una refutación exhaustiva del extenso trabajo del señor Walsh, pero entendemos que urge restablecer la verdad acerca de algunos de los más gruesos equívocos en que incurrió el nombrado, a saber:“1.- El problema de los refugiados palestinos fue creado por los propio líderes árabes, al destacar la Resolución de las Naciones Unidas del 29 de noviembre de 1947, que determinaba la creación de dos Estados, uno judío y otro árabe, violando así sus deberes como miembros de la Organización Internacional, y al compeler a los pobladores árabes a abandonar sus lugares de residencia para abrir paso a los ejércitos invasores, cuya intención proclamada era destruir el naciente Estado de Israel.“El señor Walsh intenta demostrar que la inmigración judía significó el desplazamiento de los árabes. La verdad es diferente: al fin de la Primera Guerra Mundial la Tierra de Israel era un país casi despoblado. La población árabe era de 557.000 y la población judía de 100.000. Menos del 30 por ciento de los árabes vivían en el área que es hoy Israel. Hasta los comienzos de la década del 30 era una tierra de emigración árabe, tendencia que revirtió en los años siguientes cuando el desarrollo económico y social promovido por la comunidad judía atrajo la afluencia de árabes de los países vecinos. Al proclamarse la independencia de Israel, el número de árabes que habitaban su territorio era de 600 a 700.000. De éstos, permanecieron donde estaban 160.000. EN consecuencia el número real de refugiados árabes salidos de Israel en 1948 puede estimarse en 450.000 y aún dando margen a errores estadísticos, nunca más de 550.000, cifra que equivale aproximadamente al mismo número de refugiados judíos provenientes de los países árabes (97 por ciento de la población judía total de estos últimos) que se vieron obligados a emigrar a Israel. De hecho se produjo una transferencia de poblaciones. Mientras Israel integró a estos hermanos venidos de los países árabes, los refugiados palestinos fueron concentrados por los países árabes en miserables campamentos, impidiendo hasta hoy día su integración pese a su identidad étnica, cultural, idiomática y religiosa para usufructuar esa situación como un arma política contra Israel.“¿Quiénes provocaron el éxodo palestino? La respuesta está en las propias palabras de los líderes árabes. Lo admitió explícitamente el señor Emile Ghoury, secretario general del Alto Comité Árabe de Palestina, el 6 de septiembre de 1948: “El hecho de que existan estos refugiados es consecuencia directa de la acción de los Estados Árabes al oponerse a la participación y al Estado Judío. Los Estados Árabes acordaron unánimemente esta política y deben participar en la solución del problema”. Ya antes del 23 de abril de 1948, en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el entonces presidente del Alto Comité Árabe, señor Jamal Husseini, confesaba: “Nunca hemos ocultado el hecho de que nosotros hemos iniciado la lucha”. El diario jordano Al-Difaa aportó el 6 de septiembre de 1954 este testimonio de un refugiado: “Los gobiernos árabes nos dijeron: Salid para que nosotros podamos entrar. De modo que nosotros salimos pero ellos no entraron”.“2.- Fueron los Estados Árabes de la región los que impidieron con su agresión y la secuela consiguiente, la constitución del Estado Árabe Palestino previsto por la Resolución de Partición de la ONU. El señor Trygve Lie, entonces secretario general de las Naciones Unidas, dijo: “Los Árabes habían afirmado reiteradas veces que resistirían la partición con la fuerza”. Y así ocurrió: el 14 de mayo de 1948 los ejércitos regulares de Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Irak, y contingentes de Arabia Saudita y Yemen, invadieron el Estado de Israel. El 15 de mayo de 1948 en El Cairo, el secretario general de la Liga Árabe, Azzam Pachá, llamó a los árabes a una Guerra Santa contra Israel, y declaró: “Será una guerra de exterminio, una matanza de la que se hablará como se habla de la matanza de los mongoles y de los cruzados”. El señor Andrei Gromyko, entonces representante de la Unión Soviética y actualmente su Ministro de Relaciones Exteriores, declaró en el Consejo de Seguridad de la ONU, el 21 de mayo de 1948: “La Delegación de la URSS no puede menos que expresar su asombro ante la actitud adoptada por los Estados Árabes en la cuestión palestina y particularmente ante el hecho de que esos Estados hayan enviado sus tropas a Palestina a realizar operaciones militares encaminadas a la supresión del movimiento de liberación nacional en Palestina” (Actas Oficiales del Consejo de Seguridad, Tercer Año, Nº 71, 299 sesión p. 4, mayo 1948).“La agresión militar árabe fue derrotada, pero el Reino de Transjordania anexó la mayor parte del territorio destinado a convertirse en un Estado palestino, mientras Egipto hacía otro tanto con la franja de Gaza. Fueron los propios árabes, pues, los que impidieron la creación de un Estado palestino.“3.- El señor Walsh afirma que el pueblo judío no tiene derecho a la Tierra de Israel. A esta altura de la historia ese es un tema fuera de discusión: La Tierra de Israel fue un estado independiente sólo tres veces en su historia y cada una de ellas fue un Estado Judío. Sólo cuando se la identificó con el pueblo judío entró en los anales de la humanidad como una unidad geopolítica e histórica. La ocuparon conquistadores extranjeros, pero sólo el pueblo judío alcanzó su independencia en esta tierra y la consideró el alma y el centro de su existencia nacional.“4.- El señor Walsh afirma que Gran Bretaña ‘regaló Palestina’ al pueblo judío, provocando con mentalidad colonial, la creación del Estado de Israel. La verdad es opuesta: el renacimiento de Israel, aspiración de siglos, se concretó como movimiento de liberación nacional del pueblo judío a través del sionismo, en la segunda mitad del siglo XIX y se afianzó con el trabajo de tres generaciones de pioneros judíos.“La Declaración de Balfour no fue otra cosa que el reconocimiento de esa realidad histórica, consagrada por la comunidad internacional cuando la Liga de las Naciones resolvió crear el Mandato sobre Palestina, para instaurar el Hogar Nacional Judío.“Era la primera vez que el sueño milenario del retorno a Sión recibía el auspicio universal. Incluso de los más representativos caudillos árabes de ese entonces, como el Rey Hussein, de Hejaz, quien escribió: “Vimos a los judíos afluir a Palestina… El móvil no puede escapar a los que tienen una intuición profunda; saben que este país ha sido para sus hijos originales, pese a todas sus diferencias, una patria sagrada y amada”. (Al Kibla, La Meca Nº 183, 23 de marzo de 1918; George Antonius, Despertar Árabe pág. 269).“Este reconocimiento a la formación del Estado Judío se integra en el contexto de la creación de los Estados Nacionales árabes en el Medio Oriente, al desintegrarse el Imperio Otomano, tal como en Europa el desmembramiento del Imperio Austro-Húngaro dio lugar a la conquista de su soberanía por los movimientos nacionales de los países sojuzgados.“5.- El señor Walsh sostiene en sus artículos los objetivos proclamados por la organización Al Fatah: instaurar en reemplazo del Estado de Israel, un Estado árabe con mayoría árabe, lo que implica liquidar totalmente la soberanía y la independencia de Israel. El instrumento adoptado para este objetivo es el terrorismo que elige deliberadamente como blanco a civiles inocentes, en Israel y en el mundo, y que no trepida en asesinar a mujeres y niños. El señor Walsh confiesa haber visitado esas bases terroristas, que buscan abrigo en campamentos de refugiados instalados en territorio del Líbano, cuyo gobierno tolera esa situación.“Una de las expresiones más significativas de esta situación es que el gobierno libanés ha suspendido el derecho de su ejército y su policía a entrar en las bases de los terroristas y los campos de refugiados que están bajo su control, hasta el punto de no tener siquiera competencia en delitos comunes, o asaltos por parte de los ‘fedayines’, a soldados libaneses, o ante enfrentamientos entre grupos terroristas antagónicos.“El señor Walsh da un testimonio dramático de lo que significa la educación para el odio, sin repudiarla. Exalta el hecho de que los niños sean adiestrados para matar. Y abunda en ejemplos parecidos para atribuir un contenido ‘revolucionario’ al desborde criminal del terrorismo árabe. De este modo, el señor Walsh aparece justificando las matanzas de Lod, Munich, Fiumicino, Atenas, Zurich, Jartum, Kiriat Shmone, Maalot, Shamir, y Nahariya, entre otras.“La verdadera revolución en Medio Oriente es la paz”.Saludo al señor Director atentamente.Mario H. SejatovichOficina de PrensaEmbajada de IsraelRespuestaFlagrantes inexactitudes, deformaciones de los hechos históricos, gruesos equívocos, son algunas de las virtudes que la Oficina de Prensa de la Embajada de Israel en Buenos Aires atribuye a mi reciente serie sobre Palestina, según la carta publicada en Noticias el domingo 14.En ella el señor Sejatovich, funcionario de esa oficina, se propone “reestablecer la verdad” y lo intenta sosteniendo, en síntesis, que Palestina era “un país casi despoblado” al fin de la Primera Guerra Mundial; que el problema de los refugiados palestinos fue “creado por los propios líderes árabes”, en 1948, “al compeler a los pobladores árabes a abandonar sus lugares de residencia”; y que el 14 de mayo de 1948 los Estados Árabes “invadieron el Estado de Israel”.En mi serie de notas yo he sostenido que Palestina era desde el siglo VII una tierra poblada por árabes; que el éxodo de 1948 fue provocado por las organizaciones terroristas Haganah, Irgun y Stern; y que fueron estas organizaciones las que desencadenaron la guerra.Frente a opiniones tan dispares, un lector distante tiene derecho a conocer las fuentes en que se basan para deducir dónde está la verdad.EL MITO DE LA “TIERRA SIN PUEBLO”Expliqué en mis notas que ya a fines del siglo pasado la propaganda sionista convirtió al palestino en “el hombre invisible” de Medio Oriente, a tal extremo que Teodoro Herzl hizo un viaje a Palestina y escribió un informe donde no figuraba la palabra “árabe”. El mito de la “tierra sin pueblo” era útil para fomentar la inmigración del “pueblo sin tierra”. Ese mito renace en la carta de la Embajada de Israel, como si no hubiera sido refutado.Según el escritor israelí Amos Elon, en un libro de 1971, cuando Herzl viajó a Palestina en 1898, “debía haber allí más de 500.000 árabes palestinos”. Esto se complementa con una observación formulada en 1891 por el judío Achad Haam, que conocía bien Palestina: “En el extranjero solemos pensar que Palestina hoy es casi desierta, un páramo incultivado… Pero no es así, en absoluto. Es difícil encontrar tierras sin cultivar… En el extranjero solemos pensar que los árabes son todos salvajes, comparables a los animales, pero esto es un gran error”.Cabe preguntarse si no es esa forma racista de pensar, lo que volvía “invisible” al palestino y lo que, todavía hoy, hace que la Embajada de Israel invente cifras de población distintas a las que figuran en los únicos censos conocidos. Así el señor Sejatovich afirma, sin citar fuente, que al fin de la Primera Guerra “la población árabe era de 557.000 y la población judía, de 100.000”.La verdad es que en 1914 los turcos hicieron un censo que dio una población total de 689.272, y el sionista Arthur Ruppin estimó que 60.000 eran judíos.El 31 de diciembre de 1922 el “Gobierno de Palestina” (o sea el Mandato británico) hizo un censo que dio estos resultados:Árabes 663.914Judíos 83.794Otros 9.474Total 757.182Es decir que cuatro años después de lo que dice la Embajada, la población judía aun no llegaba a los 100.000. Tampoco acierta la Embajada cuando dice que Palestina “hasta comienzos de la década del 30 era una tierra de emigración árabe”. Si comparamos el censo de 1922 con el de 1931, vemos que la población árabe creció el 28% y la población judía, el 108% lo que sólo se explica por la política de inmigración que implantó el Mandato británico.De las cifras que acabo de citar se deduce que los términos “Palestina, país despoblado”, son una falacia en cualquier época que se considere. En 1922, la densidad de población ascendía a 22 habitantes por kilómetro cuadrado, cifra superior en ese momento a la de Estados Unidos o la URSS, y que la Argentina no alcanzará en un siglo: lo que espero no suministre argumentos a ningún colonizador.EL MITO DE LA “AGRESIÓN ÁRABE”Para explicar el éxodo palestino de 1948, la Embajada de Israel apela a un argumento que el sionismo ha dejado prácticamente de utilizar desde 1961, cuando fue pulverizado por el investigador inglés Erskine Childers.El argumento pretendía que “dirigentes árabes” habían hablado por radio a los palestinos ordenándoles evacuar sus casas. Childers viajó a Israel en 1953 y pidió pruebas de ese alegato, sin obtenerlas. Acudió entonces al Museo Británico, donde se conserva la versión grabada por la BBC de todas las emisiones de radiales de Medio Oriente desde 1948, y no sólo no encontró un solo llamamiento árabe a la evacuación, sino numerosas exhortaciones, e incluso órdenes, de permanecer en sus casas.Las razones que incitaron a los palestinos a huir al grito de “Deir Yassin!” son la destrucción de aldeas y las masacres que precedieron al 15 de mayo de 1948. Ello esta demostrado, en primer lugar, por uno de los responsables de esas masacres, el dirigente de la Irgun Menajem Begin, en su libro La Rebelión. Pero hay además centenares de testimonios.El mediador de la UN, conde Bernadotte (asesinado por terroristas sionistas) dijo en su informe: “El éxodo de los árabes palestinos resultó del pánico causado por la lucha, de rumores sobre actos de terrorismo reales o supuestos y de la expulsión… Prácticamente toda la población árabe huyó o fue expulsada del área ocupada por los judíos”.El periodista (y luego diputado) israelí Uri Avneri dice: “En algunos casos, los dirigentes judíos trataron de persuadir a los árabes de que se quedaran, por ejemplo en Haifa. Pero por regla general los incitaron a abandonar sus ciudades y aldeas”.El propio Yigal Allon ha referido que para limpiar Galilea de palestinos, llamó a los alcaldes árabes y les advirtió “que se van a quemar todas las aldeas de Huleh… que huyan mientras hay tiempo”.El mayor O’Ballance, historiador militar inglés, señala que “expeditivamente los árabes fueron expulsados y obligados a huir, como en Ramleh, Lydda y otros lugares. Dondequiera avanzaban en territorio árabe las tropas israelíes, la población árabe era arrancada como por una topadora”.El terror causado por las masacres tipo Deir Yassin, y no las inexistentes exhortaciones de “dirigentes árabes” a quienes nunca se nombra, fue pues la causa del éxodo.La mayoría de esas masacres ocurrieron antes del 14 de mayo, fecha de la “invasión” de Estados Árabes, y ocurrieron en zonas netamente árabes, que aun dentro del Plan de Partición de la UN, figuraban dentro del Estado Árabe.Entre el 21 de diciembre de 1947 y el 14 de mayo de 1948, las organizaciones terroristas israelíes montaron las siguientes operaciones de gran envergadura, fuera de los límites de Israel, que en todos los casos significaron ocupación de territorio, toma o destrucción de ciudades y pueblos, y expulsión de árabes: Qazaza (21.12.47); Sása (16.2.48); Haifa (21.2.48); Salameh (1.3.48); Biyar Adas (6.3.48); Qastal (4.4.48); Deir Yassin (10.4.48); Lajun (15.4.48); Saris (17.4.48); Tiberias (20.4.48); Haifa (22.4.48); Jaffa (26.4.48); Acre (27.4.48); Safad (7.5.48); Beisan (9.5.48). La fuente es el New York Times.Estas incursiones, y los extensos relatos que las documentan, prueban que Israel no esperó siquiera el día de su Independencia, fijado por la UN, para lanzarse a la conquista de territorio árabe; y que fueron sus organizaciones armadas las que desencadenaron la guerra.En este contexto, importan relativamente poco las citas de funcionarios árabes que en su mayoría pertenecían a gobiernos corrompidos y reaccionarios, de fuertes vínculos con el colonialismo. Lo que hayan dicho o dejado de decir el rey Faruk, o el rey Abdullah, o el títere británico en Irak, Nuri as Said, tiene tan poca importancia como lo que hayan declarado los Comisionados designados por el gobierno británico, a quienes cita la Embajada (Abdul Khader, el único dirigente amado y seguido por los palestinos, murió en combate). Pretender que sobre esos testimonios se pueda erigir el derecho a la dominación de un pueblo; suponer que el relato de “un refugiado” (entre un millón), aparecido en un diario jordano, justifique las infames Leyes de Expropiación dictadas por el Estado de Israel sobre las tierras árabes; hablar de una imaginaria “transferencia de poblaciones”; todo eso es defender lo indefendible.Comprendo que el señor Sejatovich, lo haya hecho, por encargo de su Embajada, con tan poca convicción.PARA REFLEXIONARCon respecto a los datos verificables, sólo me resta agregar que las cifras de refugiados que di en mi serie de notas proceden de la UN.La Embajada de Israel se permite, sin embargo, teorizar sobre mi actitud frente al terrorismo y la violencia, que expliqué claramente en mi serie sobre la Revolución Palestina.Dije allí que apruebo la violencia de los pueblos oprimidos que luchan contra sus opresores. Eso significa que el terrorismo que se inscribe en esa lucha es –más allá del juicio particular sobre cada acción- tan legítimo en el caso de los palestinos como en el caso de la Resistencia francesa. Y que la insurrección de los palestinos frente a los ocupantes de su patria es tan legítima como, por ejemplo, el alzamiento del ghetto de Varsovia contra los nazis.El testimonio de un escritor religioso judío ayudará a comprender el paralelo:“En lo que a mi concierne” ha dicho Moshe Menuhin “mi religión es el judaísmo profético y no el judaísmo-napalm. Los nacionalistas ‘judíos’, el nuevo tipo de guerreros ‘judíos’ no son judíos, sino nazis ‘judíos’ que han perdido todo el sentido de la moralidad y la humanidad judías… A pesar de todos los artificios de encubrimiento y la construcción de imágenes ficticias; a pesar de los torrentes de trucos sofisticados, publicidad astuta, retórica polémica, ocultamiento de los hechos, redacción tendenciosa de la historia, el hecho trágico es que los nacionalistas ‘judíos’ se apoderaron por la fuerza de las armas, del terror y de las atrocidades, de los hogares, la tierra y la patria de los campesinos, trabajadores y comerciantes árabes, en la vieja Palestina; construyeron una ‘Patria Judía’ y la expandieron durante los meses anteriores al 14 de mayo de 1948 por medio de masacres, despojos, terrorismo, entre el 10 de abril y el 14 de mayo, expulsando a los árabes de ciudades tan típicamente árabes como Deir Yassin, Jaffa, Acre, Ramleh, Lydda, etc.. Los nacionalistas ‘judíos’ son nazis ‘judíos’ y yo siento vergüenza que me identifiquen con ellos y con sus causas herejes”.
Rodolfo J. Walsh
sábado, 10 de enero de 2009
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