sábado, 16 de agosto de 2008

No sé quién es más sanguchito...


Primero digamos lo obvio: que Diego Maradona es el mejor futbolista que haya pisado un cancha en toda la historia del fútbol; por técnica, por personalidad, por manejo de grupo, por todo. Que ser tan famoso es muy difícil. Que nadie le dio herramientas para enfrentarse a esta vida de exposición inimaginable. Que lo que haga con su vida intíma no debe importarnos. Y todo esto es absolutamente cierto. Que verlo con la camiseta de Boca, de Argentina y hace pocas semanas con la de Talleres de Remedios de Escalada son algunas de las grandes alegrías de mi vida. Tanto que tuvo la deferencia de aceptar fotografiarse conmigo como tanto cholulo que no deja de admirar todo lo que hizo como futbolista.

Pero Diego tiene una vida pública que no tiene que ver con el fútbol. Y que tampoco responde a su vida intíma y personal. Y es su manejo mediático con las relaciones de poder: periodistas, empresarios futbolísticos, dirigentes de la AFA y la FIFA, políticos, etc. Y ahí podemos opinar. Porque este es un rol público que él utiliza para construir dinero y poder.

Maradona se peleó con Menem y después fue contratado para promocionar el programa en contra del consumo de las drogas y negoció con el poder una probation para zafar de la causa judicial por disparar un rifle de aire comprimido a los periodistas. No tiene empachos en tatuarse al Che Guevara para poder vivir una vida licenciosa en Cuba. Se dice revolucionario y tiene negocios con Macri a quien alaba o putea según sus aspiraciones personales. Habló pestes de Pelé pero lo trató como un hermano con tal de tenerlo en su programa de televisión. Quiso ver muerto a Guillermo Cóppola y lo acusó de ladrón para luego llorar y abrazarse en Tribunales cuando la causa judicial se le complicaba.

Como si fuera poco tiene manejos muy poco claros con los medios y muchos de sus amigos. Por algunas coberturas que lo involucraban, pude ver cuál era su manejo de sus periodistas incondicionales que eran los únicos que tenían acceso a él y que esa relación no tenía que ver con afinidades sino con manejos mediáticos y complicidades mutuas. Por contactos periodísticos también supe que Diego tienen amigos a los que abonaba un sueldo (divididos a su vez entre los que ganaban más y los que ganaban menos) y conocí personalmente a uno de ellos.
Hoy sábado prendí la televisión para ver el partido entre Argentina y Holanda en el marco de los Juegos Olimpícos. Y la TV me mostró a Maradona sentadito al lado de Julio Grondona. Sí, el mismo Grondona al que Maradona acusó de tener manejos mafiosos.
Extraño tanto verlo a Diego jugando al fútbol...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El Diego es el mejor futbolista de la historia. Pero como persona es un garca de primera. Por lo menos así lo veo yo.

Anónimo dijo...

Con el Diego no se jode. Es el más grande del mundo!!!!!!
Y vos lo tenés envidia, como todos lo que lo critican.

el embajado dijo...

siempre hay que hablar del diego, si fué grande, pero no vieron a bernabe ferreyra, a la saeta rubia don distéfano,arrieta y nadie habla de daponte, guidi y nacionale, mundo deportivo pblico en el 56, "linea media para la historia!"
firma el embajador granate en vte. lópez.-